A dos millas del puerto de Cartagena, donde el buque insignia de Greenpeace, el Rainbow Warrior no puede entrar por carecer de permiso, esta organización ecologista y la Asociación de Naturalistas del Sureste, Anse, lanzaron una de sus propuestas más ambiciosas de los últimos años: crear siete reservas marinas, para salvaguardar tanto la riqueza vegetal como la animal y protegerla tanto de la pesquería como de la actividad humana, ya sea turística o urbanizadora.
La propuesta ecologista prevé la protección de unas 27.000 hectáreas del litoral, tanto en Cartagena como en Mazarrón, Lorca y Águilas, que formarían una red en la que actividades como la pesquera con artes agresivas, la extracción de arena o los vertidos de depuradoras o desaladoras quedarían prohibidas, aunque sí se podría permitir el buceo, la pesca artesanal o el buceo no agresivo.
En la Región de Murcia las actividades humanas han generado grandes impactos ambientales, como el vertido de residuos mineros que destruyeron la bahía de Portmán y el litoral sumergido próximo, la degradación causada por la acción de la flota pesquera de arrastre de parte de los fondos de la plataforma continental, el deterioro de espacios costeros por la urbanización en primera línea de costa o la contaminación de las aguas generada por los vertidos procedentes del desarrollo de la industria química de Cartagena-Escombreras.
Greenpeace y ANSE consideran fundamental que se establezca una red de reservas marinas para proteger los recursos naturales, ofrecer un futuro sostenible a muchas actividades económicas que se realizan en el Mediterráneo y asegurar una elevada calidad de vida a las personas que habitan la región. Para ello han presentado hoy una propuesta para crear una red de reservas marinas en la región de Murcia (2).
“La protección del Mar Mediterráneo es todavía insuficiente y la presión sobre sus aguas y costas cada vez mayor. Se ha comprobado que establecer reservas marinas tiene enormes beneficios. Las reservas aumentan la abundancia, diversidad y productividad de los organismos marinos a largo plazo y esto no sólo beneficia a los hábitats costeros y marinos de gran riqueza natural también a la actividad pesquera”, ha declarado Maria José Caballero, responsable de la campaña de costas de Greenpeace.
Aunque se han logrado acuerdos y compromisos a nivel internacional, regional y nacional para proteger el Mediterráneo, estos no han logrado detener la destrucción de su biodiversidad, la disminución de muchos de sus recursos, ni han supuesto un primer paso significativo en la reconstrucción de sus ecosistemas.
LA PROPUESTA
Reserva marina Isla Grosa: de poco más de mil hectáreas, tiene la tercera colonia más importante del mundo de gaviota de Andouin. Pertenece al LIC Islas e Islotes del Litoral Mediterráneo y es ZEPA.
Reserva parque regional marítimo terrestre de Calblanque-Cabo de Palos: sobre una superficie de 9.789 hectáreas, tiene una gran complejidad geológica y de especies como el paíño europeo o el delfín mular. Pertenece al parque regional y es LIC en la zona emergida, entre otras figuras de protección.
Reserva marina parque regional marítimo terrestre de Cabo Tiñoso-La Muela y Roldán: es la más extensa superficie de costa mediterránea sin urbanizar tras el Cabo de Gata, aunque existe una «excesiva» presión pesquera y la amenaza de los puertos deportivos.
Reserva Moreras-Isla Cueva de Lobos: con sólo 83 hectáreas, en la isla se reproducen aves marinas como el paíño europeo y la garcilla bueyera. También hay praderas de posidonia. La amenaza principal es la propuesta de un puerto de abrigo, aún sin tramitar.
Reserva parque regional marítimo terrestre de Calnegre-Cabo Cope-Isla del Fraile: tiene una de las praderas más desarrolladas del litoral de posidonia oceánica y es, en diversas zonas, LIC y ZEPA.
Reserva bahía de Águilas: praderas de posidonia oceánica y de delfín mular. La principal amenaza en las acuicultura de dorada y lubina.
Propuesta reserva marina cañón submarino: se precipita hasta los 2.000 metros de profundidad frente a los acantilados de La Azohía y Cabo Tiñoso. Presencia habitual de delfines y, ocasionalmente, de cachalotes.
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