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6/29/2006

LAS ÚLTIMAS DUNAS DE LA MANGA: “ANSE PIDE A COSTAS QUE REGENERE EL ESPACIO PROTEGIDO DE AMOLADERAS (LA MANGA.CARTAGENA)”.

“ANSE PIDE A COSTAS QUE REGENERE EL ESPACIO PROTEGIDO DE AMOLADERAS (LA MANGA.CARTAGENA)”.

La Asociación de Naturalistas del Sureste se ha dirigido a la Demarcación de Costas en Murcia del Ministerio de Medio Ambiente para solicitar una reorientación del proyecto de restauración del espacio protegido de Las Amoladeras. ANSE valora muy positivamente la intención del Ministerio Ambiente de recuperar el Dominio Público Marítimo-Terrestre, pero considera que es preciso ajustar algunas actuaciones al contexto en el que se desarrolla, priorizando las actuaciones de recuperación del patrimonio arqueológico y natural de este pequeño retazo dunar frente al uso público y a la ejecución de costosas infraestructuras.

La Asociación de Naturalistas del Sureste se ha dirigido al Ministerio de Medio Ambiente a través de la Demarcación de Costas para hacerle llegar sus sugerencias relativas al proyecto de restauración del espacio costero conocido como Las Amoladeras y situado al inicio de la Manga, en la vertiente mediterránea (t.m. de Cartagena). El proyecto presentado por Costas supondrá una importante inversión económica en la recuperación del Dominio Público Marítimo-Terrestre, próxima a los dos millones de euros.

Sin embargo, a juicio de la Asociación, es preciso reorientar el proyecto presentado a exposición pública y priorizar la recuperación ambiental y arqueológica de la zona, teniendo en cuenta su condición de Espacio Protegido, Lugar Natura 2000, Zona Especialmente Protegida de Interés para el Mediterráneo y yacimiento arqueológico. La recuperación de dicho yacimiento, así como la regeneración de los hábitats de interés comunitario presentes o la potenciación de las reintroducciones de Sabinas de las dunas (Juniperus turbinata) deben ser los objetivos principales del proyecto.

Además, la fragilidad de la zona es extrema por ser un área dunar de escasa superficie que ha sufrido diferentes y numerosos impactos (por ejemplo, presión urbanística, erosión costera, uso público incontrolado, etc). Estos impactos deben corregirse, según su importancia, en sus orígenes salvaguardando la integridad ecológica y paisajística del interior del espacio (por ejemplo, mediante adecuación paisajística en las urbanizaciones colindantes, reducción de la erosión costera, etc).

Una vez corregidos los impactos y alcanzado el estado favorable de los objetivos de conservación del espacio, sería el momento de fomentar el uso público (siempre controlado) en el interior del espacio mediante alguna senda interpretativa que debe acompañarse de un proyecto de concienciación.