EL IMPULSO DE ANSE A LIMITAR EL DOMINIO PÚBLICO (y de paso los desmanes)
REGIÓN MURCIA
El impulso de Anse
J. A. G./CARTAGENA
www.laverdad.es
Que la Demarcación de Costas coloque los nuevos mojones es, en buena parte, mérito de la organización ecologista Anse. Su presidente, Pedro García, propuso a finales de 2005 al director general de Costas del Ministerio de Medio Ambiente, José Fernández, un paquete de medidas para recupera el «dañado» litoral de la Región.
«Ánimo, contrata las obras. Si se puede hacer, ¿por qué no?», le dijo Fernández a la jefa de Costas en la Región, Francisca Baraza, en una cita en Madrid.
«Es un buen punto de partida y una lección a la gente. Primero hay que marcar dónde están la legalidad y la ilegalidad. Y se lanza un mensaje claro: 'Aquí ya no se pueden cometer más tropelías contra nuestras costas'», afirma Pedro García.
A su juicio, comprar antiguos terrenos militares a bajo coste, derribar construcciones ilegales o expropiar viviendas son pasos clave para proteger áreas frágiles o evitar la destrucción de la pradera de posidonia.
Y, además de valor ambiental, crea valor económico: «La Manga está colapsada. La gente reclaman arenales, ver paisaje. ¿Es es lógico no poder pasear por toda la línea de mar en playas magníficas porque te topas con el muro de un chalé o un puerto deportivo?», reflexiona.
El impulso de Anse
J. A. G./CARTAGENA
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Que la Demarcación de Costas coloque los nuevos mojones es, en buena parte, mérito de la organización ecologista Anse. Su presidente, Pedro García, propuso a finales de 2005 al director general de Costas del Ministerio de Medio Ambiente, José Fernández, un paquete de medidas para recupera el «dañado» litoral de la Región.
«Ánimo, contrata las obras. Si se puede hacer, ¿por qué no?», le dijo Fernández a la jefa de Costas en la Región, Francisca Baraza, en una cita en Madrid.
«Es un buen punto de partida y una lección a la gente. Primero hay que marcar dónde están la legalidad y la ilegalidad. Y se lanza un mensaje claro: 'Aquí ya no se pueden cometer más tropelías contra nuestras costas'», afirma Pedro García.
A su juicio, comprar antiguos terrenos militares a bajo coste, derribar construcciones ilegales o expropiar viviendas son pasos clave para proteger áreas frágiles o evitar la destrucción de la pradera de posidonia.
Y, además de valor ambiental, crea valor económico: «La Manga está colapsada. La gente reclaman arenales, ver paisaje. ¿Es es lógico no poder pasear por toda la línea de mar en playas magníficas porque te topas con el muro de un chalé o un puerto deportivo?», reflexiona.
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